sábado, 15 de noviembre de 2025

Reflejo

 Anoche vi también en mi sombra el destierro,  

la grieta profunda que dejaste al partir,  

tu fuego que bebí como agua envenenada,  

y ese monstruo que ahora habita en mi latir.


Subiste y bajaste sin mirar atrás,  

dejando un rastro frío en mi piel herida,  

pero no soy sólo eco ni sombra perdida,  

soy el que reconstruye lo que no pudiste amar.


Tus colmillos duelen, lo sé, y me duelen a mí,  

pero en este silencio vuelvo a ser entero,  

porque aunque la herida sangra y quema,  

mi alma no se quiebra, sigue siendo sincero.

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