sábado, 29 de agosto de 2009

Leyendas Uruargentas--- Porque el Budin pretende ser de perenne dulce de leche se quiere dulce de leche

Guarda que agarré viento en la camiseta... me voy a tener que aguantar las ganas de arremeter contra los uruguayismos de una sola sentada.
Vayamos por partes, de a uno y en fila, cincha poroto uno atrás del otro

Hoy, como prometido, voy a tirar un montón de sandeces, pero no por esto falsas (sandeces imperativas y categóricas es más) sobre la inmundicia infame y blasfema a la que llaman “Dulce de Leche”
Por mas inverosímil que parezca, hay gente que gusta y saborea esta crema de color fecal y alevosamente dulce. Doy fe, yo conozco a más de uno.
En puridad del Dulce de Leche “per se”, no hablaremos, que encima de ser una porquera además carece de misterio, elegancia y complejidad como para que sea elevado al estado de “leyenda autorreferencial”, en otras palabras no es mas que leche hervida con azúcar.

La leyenda, la mística dulcedelechil esta en su origen

De pique nomás, el hecho que su origen sea trascendente, o mejor dicho todavía, que las circunstancias y lugar de su nacimiento sean parte del fantástico, intocable y atractivo mundo de la leyenda, es prueba de que sus adeptos, mas que adeptos son adictos. Insisto, se me ocurren muy pocas cosas menos interesantes o constructivas que ponerse a pensar donde y como alguien tuvo la mala idea tirar azúcar en el tacho de leche hirviendo. Y sin embargo esto es objeto de discordia, discordia visceral que axial como digo que son adictos, también tengo que decir que entre estos hay muchos radicales, verdaderos Talibanes de la sacarosa.

Cuando niño, estaba absolutamente convencido que este engendro arengador de caries era de las cosas mas uruguayas que existían en el mundo, mucho mas todavía que las virtudes solidarias y cultas que este pueblo cree tener (otra mentira que voy a atender pronto)
Pero con los años el universo de uno se va expandiendo. Sus primeros límites quizá se encuentren dentro de límites de nuestra casa, hasta que una vez dominada la técnica de la caminata, estos se ampliarían hasta los límites del barrio, después de la ciudad, y en cierto momento uno se entera que existen en el mundo otros países.


Esta noticia se presento en mi vida con un adjunto por demás inconfortable. Resulta que en la república occidental del “Río de los Pájaros Pintados” se cree que fue allá y no acá donde se invento este postre desclasado. Es más, además de Argentina, otros países se atribuyen la responsabilidad de haber gestado la mala idea de mezclar leche con azúcar. Chile es uno de ellos México otro, solo por nombrar dos, pero dos son mas que suficientes para hablar que se esta cometiendo una verdadera ignominia.


Con nuestros hermanos argentinos podremos discutir de cualquier idiotez, pero que quede bien clarito, idioteces o no, la discusión es nuestra, pura y exclusivamente nuestra, no nos gustan para nada las tercerías. A lo sumo entre ellos y nosotros podremos llegar a la concordia que tal o cual cosa es “Rioplatense”, ni suya ni nuestra de los dos en buen romance. Aprovecho, ya que estamos, a exhortar a los adictos trasandinos, así como a los que viven del otro lado del Istmo de Panamá (debe ser la primera vez en mi vida que uso esta palabra) y a quienes corresponda que se procuren, que vayan buscando su propio mito gastronomito. El nuestro el del dulce de leche lo resolveremos en familia. No se peinen que no salen en la foto para decirlo en criollo.


Aclarado este punto, es con sumo placer que a mis compatriotas y a mis hermanos allende del Río (pero sin placer alguno, que solo me divierte patearle los prejuicios a mis coterráneos) les digo que viene siendo hora que se desayunen del dato que nosotros no somos culpables de haber inventado esta cosa, a lo sumo seremos mas adictos que el resto del planeta, eso y nada mas. Así, a partir de este momento, despacito, golpe a golpe voy a finiquitarles este mito glucósido que vaya uno a saber cuando se lo creyeron, y de paso les ahorro la vergüenza ajena que generan cuando se les ve discutir por el copyright de una inmundicia que campea en este mundo desde mucho, antes que el sublime e histórico día que se inventó el chocolate. Existía ya mucho antes que nuestra cocina (que es europea por más que estemos del otro lado del océano) conociera la papa el choclo o el tomate, muchísimo antes todavía incluso que el nacimiento del flaco Jesús.

Empecemos por plantearnos algunos indicios, a ver si les cae la ficha antes de que les cuente de donde viene la cremita esta.

--No habría discusión alguna sobre su origen si hubiese sido inventado por Juan Manuel de Rosas o por una matrona montevideana. Se ignora su origen preciso justamente por que tiene milenios de vida y sus datos, así como los de la rueda, se perdieron en la noche de los tiempos.

--Es por esta misma razón que el dulce de leche carece de “Denominación de Origen”, como si la tienen por ejemplo los Malbec de “Lujan de Cuyo”, o las peras uruguayas “Rincón de Soto”. Es así por más que le pese a la Secretaría de Cultura de la Nación Argentina, que pretendió argentinizar el dulce de leche por decreto, decreto que como buen enano cascarrabias que somos los yoruguas protestamos formalmente elevando una petición a la UNESCO

--Asimismo jamás inventamos ni mejoramos ningún producto derivado de la leche, como el yogurt o la manteca o el queso, etc.… con tupé le decimos al mundo que fue nuestro el invento mas choto entre estos


Es en
la India donde el Dulce de Leche vio la luz. Así nomás, es indio como el Kamasutra, el “Tata Nano”, el oso Baloo o el mismísimo Shere Khan. De la India también es originaria el azúcar con el que se hace el dulce, y que fuera introducida en Europa por Marco Polo


Todas las culturas tienen, esclavas de su contexto cultural y geográfico su versión del dulce de leche. Fueron los árabes que lo introdujeron en Iberia, y desde ahí salio para sus colonias, entre ellas el Virreinato de Río de
la Plata cuya única vinculación con el postre es el exceso de su consumo (exceso además que es fuente de orgullo para los adictos vernáculos. Orgullo chauvinista además, por no decir patriotero… basta con ver lo primero que hace esta gente cuando se encuentra con un visitante extranjero… ¿Qué hacen? ¿Le ofrecen un esponjoso budín de vainilla? No señor le enchufan una cucharada de dulce de leche, sin decir “agua va” –mucho menos imaginar que quizá el forastero no sea adepto a la sacarosa- y al mismo tiempo que lo van ceban hasta el hartazgo con las bondades de la golosina que para peor creen nacional.

Durante siglos el dulce de leche mantuvo un rol nutritivo muy importante, y esencial si hablamos de pueblos nómadas, o montañeses. Lejos del papel goloso y hedonista que juega en nuestros días, en el pasado el dulce de leche se producía por necesidad, ya que la reducción pastosa que se genera cuando la leche es cocida a fuego lento, era la única manera para conservar los esa riqueza nutritiva que de otra forma se perdería muy rápido con la descomposición de la leche. Además de ser una buena forma de conservar nutrientes, esta pasta es muy rica en glúcidos simples, que son los mejores goleadores “energizantes” para ganarle el partido al cansancio y a la pedida de energía. Estos dos factores, hoy en el ostracismo más cruel, hicieron que todas las alacenas contaran el dulce, ni que hablar de los enseres de los nómadas, o la dieta de los grandes ejércitos en campaña. El mismismo Gengis Khan, a quien un buen día se le antojo salir desde las estepas y poner de rodillas a medio Eurasia, paseo que hizo desde el lomo de un pingo enjuto y dándole al dulce de punta. Naturalmente como en las estepas no es frecuente encontrarse con plantas de azúcar, ni con vacas, el mismo lo hacían con leche de Yak o de yegua que al hervir mezclaban con miel


Con orígenes bengalíes, es en Francia (pero no en Toulouse, eso es de otro mito) donde vio la luz el dulce de leche que comen los adictos río platenses de nuestros días (lo de adicto no es broma… yo he escuchado emigrantes hablar de “síndrome de abstinencia”), adonde se le agrego la vainilla recién descubierta y venida de America, dándole un gustito particular a la pasta que bautizaron nada mas ni nada menos que “confiture de lait”.

Si al menos uno, tan solo uno de mis compatriotas se empieza a cuestionar la teoría umbilicocentrica del dulce de leche, si al menos por un minuto sospechó que esta es una idiotez meridiana me sentiré satisfecho, y que conste que no me importa si el planteo nace por ideas propias, o el cuento de un amigo, o la perdida de tiempo en este blog.

No es que me falte ambición, simplemente soy consciente de que me enfrento a un pueblo cuya máximo elemento gastronomito, paradigma de lo sibarita es carne cocinada por fuego y brasa… exactamente igual como se viene haciendo desde el Paleolítico

jueves, 27 de agosto de 2009

Leyendas Uruguayas

Aunque debería llamarle “Leyendas Uruguayas 1era” que de mitos autorefenciales y complacientes este pueblo relamido tiene como para hacer N posteos

Mi madre esta loca de la vida (si es verdad, “hay una sola” y justo me tocó a mi!!). Se acaba de enterar que el S.U.N. es un invento de un hijo de esta patria.

-Así es, es mas quiere decir “Soy Una Novedad”, le acoto yo con tono catedrático y cara de wikipedia, aunque no es un invento que haya hecho mella en el curso de la historia humana, rematé
-A claro, el marcapasos, es si que es un invento uruguayo que hizo historia, dijo
-No mamá el marcapasos no es un invento uruguayo, como tampoco lo es la técnica quirúrgica para implantarlo
-Que si te digo, lo invento el medico uruguayo Fiandra
-Dudo mucho que un medico haya inventando el marcapasos. Es un producto aplicado a la medicina si, pero para concebirlo se necesita además de astucia conocimientos de ingeniería y electrónica, no de medicina. En todo caso no es uruguayo
-Te estoy diciendo que es un invento uruguayo
-Y yo te digo que no
-Es uruguayo, y te callas la boca. Fin de la discusión

En mi casa creemos en la tolerancia y el dialogo, en la casa de mi madre no.

Lo que se hizo en Uruguay fue lo que se considera como la primer cirugía exitosa de implante de marcapasos. Se había hecho una antes, en Suecia, pero el aparato falló aunque el paciente siguió viviendo de lo más pancho hasta principios del 2000. El paciente uruguayo sin embargo marcho poquito después de la cirugía.




En próximas entregas de Leyendas Uruguayas, el dulce de leche y el morocho del abasto

miércoles, 26 de agosto de 2009

Piedra Alta

Detrás de las lejanas colinas del oeste el sol comenzó a imponerse sobre las penumbras de aquella gélida madrugada de agosto.
La bruma empezó a despedirse de las verdes colinas y los benteveos a despertarse dentro del follaje de la arboleda de sarandíes al otro lado de la quebrada.
A los pies del barranco, en su perpetuo murmullo el río busca su camino entre coronillas, sauces mataojos y tupidos espinillos
Arriba, sobre la piedra que domina el espacio reúne un grupo de hombres.

Este grupo viene desde un rancho de paja no muy lejos de la piedra alta donde esta mañana está parado. Fue en aquel rancho donde, durante los últimos días discutieron para llegar al acuerdo unánime que hoy, 25 de agosto, se disponen a declarar inequívocamente. Es así que los vientos que por ahí pasaron escucharon:
1 Que los representantes de la Provincia Oriental se declaran libres e independientes de intruso Imperio Luso-Brasileño
2 Que la Provincia debe ser unida a las Provincias Unidas del Río de la Plata, unión a la que siempre perteneció “por los vínculos mas sagrados que el mundo conoce”
3 Que se crea el pabellón de la Provincia Oriental
4 Que son y serán libres todos los nacidos de vientres esclavos en la Provincia.

Acto seguido se despidieron de los diputados encargados de llevar esta declaración al Congreso General Constituyente en Buenos Aires, congreso que reconoció la declaración y reincorporó a la Provincia reconquistada.

Jamás imaginaron que poco tiempo después, otros iban a decidir que, como consecuencia de una guerra, su provincia se separara una vez más de la Unión, para transformarse en un Estado independiente. Un Estado sin nombre nacido en las palabras de una Convención de Paz.

miércoles, 19 de agosto de 2009

La Heladería

Sigo perdido en Swabuuuuuush!.
A decir verdad estoy encantado. Lamentablemente no me permito disfrutar de este paseo, ya que si no encuentro la forma de volver a mi mundo, el paseo se transformará en mi vida estable (lo que me hace pensar, de vez en cuando, que tendría esto de malo dado que este mundo me encanta… y cuando esto pasa me doy cuenta que estoy empezando a pensar como mis huéspedes)
Encantado o no, tengo que encontrar la forma de volver. Sospecho que mi pasaje de vuelta ha de ser como el de venida, por tanto este depende de mi habilidad para romper las leyes de la física de este mundo.
Me da la sensación que no son las mismas que regulan el mío… espero que se cumpla la regla (de mi mundo claro) y que esté yo equivocado…

Por lo pronto y por el momento estoy varado aquí. Como todo es una cuestión de actitud, hoy decidí que mi suerte, es buena suerte, ya solucionare mi regreso, y mientras tanto tengo la oportunidad de explorar un mundo de cielo rosado que huele a vainilla.

Salgo a caminar, con las manos en los bolsillos, pero con la frente alta y la mirada atenta, pero no tanto como para llamar la atención.
Al ratito (no creo que midan en cuadras acá la distancia de los trayectos… las manzanas no tienen la el diagrama que uno esperaría) veo del otro lado lo que a todas luces es una heladería.
A todas luces así lo marca la marquesina de neon al menos:
“Heladería Calórica” y mas abajo el slogan
“Donde un helado de chocolate es mejor que todo el dinero del mundo
Porque nada es mejor que todo el dinero del mundo
Y un helado de chocolate es mejor que nada”.
Naturalmente no me pierdo el helado mejor vendido de la historia, y que tanto promete, así que cruzo y me procuro un helado.
A todo esto, vienen 3 personajes que, al sentarse al lado mío con sus ruidos y conversaciones, exterminaron el secreto y privado romance que mantenía con mi cucurucho.
Frustrado, y a falta de algo mejor, me puse a escucharlos.
Le pidieron al mozo un litro de helado, aunque no se veían tan interesados por dulce como yo. Es mas, en seguida sospeche que la suya, lejos de ser amor por las cremas frías, era una motivación económica. Eran 3 y el litro según la lista costaba 30 umisme (unidades de medida para el intercambio de servicios y mercaderías), y ya tenían en la mano cada uno de ellos el billete de 10. Raudo como una saeta vuelve el mozo con el helado, y una buena noticia: por una promoción que no llegue a entender el litro fue facturado a 25 umisme.
Con una sonrisa puso sobre la mesa el helado y el vuelto. “Este no es ningún buenasnoches, es flor de propinero” pensé cuando vi que, para no complicar la división de la propina entre 3, había tomado la precaución de dejar el vuelto en 5 monedas de 1. Los 3 amigos cayeron en la trampa haciendo los más lógico, cada uno agarro un umisme y dejaron los 2 restantes de propina.
Todavía no habían metido las cucharas en el pote cuando apareció le cajero con cara de pocos amigos. Testigo de la trivial escena, iracundo acusó a mis vecinos de estafa!
A los gritos el cajero afirmaba que faltaba un umisme!
Según la cuenta del cajero: los 10 que pagaron, menos 1 umisme que cada uno tomo como vuelto, resulta como total que los tres amigos terminaron pagando $9 cada uno y dado que son 3 y que 9x3=27, resultado al que sumados los 2 que dejaron de propina da un total de 29! Cuando ellos supuestamente entregaron 30! Entonces… ¿Donde quedo o está el umisme?.
Yupppiieeee! Grite con alegría! A priori, sin hacer nada todo daba a entender a que, quebrada la aritmética, ahora si volvía a casa!.... Pero ningún portal se abrió, nada de nada…
Y en plena frustración me di cuenta que la aritmética estaba perfecta… el problema del cajero estaba en otro lado. Me fui por donde había venido, y no se por qué, pero no le dije donde me parecía que estaba el problema… y eso que su helado se ajustaba a su slogan….

miércoles, 12 de agosto de 2009

El Hotel

Las leyes de la naturaleza no existen porque si, como yo creía. Gracias a las de la física. por ejemplo, nuestro mundo goza de esa tediosa pero fundamental regularidad, previsibilidad, certeza.
Es necesario para vivir esta vida, que sea regular previsible y certero que, a falta de un ejemplo mas mundano, la manzana, al caer de su tallo, caiga para abajo. Tan necesario es que caiga para abajo, que además de ser Ley, la misma esta reglamentada, de forma que, la manzana tiene que caer para abajo, y debe caer con una fuerza directamente proporcional al producto de las masas (en este caso la de la manzana y la del planeta), e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que las separa. Suena como una anécdota de secundaria, sin embargo es algo medular… Lo tomamos como una verdad de Perogrullo justamente por que es inequívoco: las manzanas siempre caen para abajo… Peeeero, ¿y si un día de estos a una se le ocurre caer para arriba? JA! Se arma candombe. En puridad, disculpas por el lenguaje académico, se quiebran las leyes de la física, lo que a su vez produce una superposición de las diferentes dimensiones quánticas de los universos paralelos, creando así un portal intradimentocuanticomensional entre ellos: esto es una cagada olímpica.
Para mí, estas cosas eran fantasías eróticas de nerd. Hasta hace unos dias, cuando a una manzana se le dio por caerse para arriba.
En realidad no fue una manzana, fue el Club Atlético Cerro. Mejor dicho, fueron los hinchas de Cerro. Hace unos días Cerro salió campeón de la liguilla, primer copa que logra en 87 años, y sus hinchas con todo derecho festejaron. Pero festejaron como seres humanos, bailaron cantaron se mamaron y no jodieron a nadie. NO ROMPIERON NADA, NI CHOREARON NI APEDRADRON, festejaron de lo lindo sin perjudicar a nadie.
Esta conducta bizarra de la parcialidad cerrense, fue mucho peor que una manzana revirada. Tanto que por unos días los distintos universos estuvieron hermanados. Nadie se dio cuenta, salvo yo, que maldigo la hora, los universos no tuvieron mejor idea que juntarse en el espacio que ocupa en este mundo mi inodoro.
En resumidas cuentas, como es natural, en determinado momento mi cuerpo me sugirió ir al baño, agarre una revista, me baje el pantalón y en el momento en que me siento…. KABUUUUUMMMM me chupo el portal intradimentocuanticomensional


Cuestión que vine a caer en un universo paralelo, lugar desde donde escribo (que no se entere kryptonita). Caer es un decir, en pleno viaje tuve que transar con un gnomo adicto a la sacarosa que pretendía cobrarme entrada.
Acá estoy, no se dónde pero sé que estoy.
Los lugareños llaman a este mundo “Swabuuuush!” (con signo de exclamación y todo). No es muy diferente al nuestro. Como nosotros, tienen un suelo, donde viven, y una atmosfera en la que se desarrollan. Digo suelo, no tierra, ya que a diferencia de esta es esponjoso, pero sin molestar. Da la sensación que uno camina arriba de una trama de algodón, pero muy compactada. Supongo que será útil al caerse, pero esto todavía no me pasó. La atmosfera arriba de este algodonsuelo, es como la nuestra, si no fuera porque el cielo es rosado, las nubes rojas y todo es dominado por un penetrante olor a vainilla que al principio es repugnante pero al rato uno se acostumbra.

El viaje interdimensional no me hizo olvidar la razón que me condujo en primer lugar a sentarme en el inodoro. En criollo, las ganas no se me fueron, y a cada minuto la cosa es peor. Así que, lo primero que hice al llegar fue procurarme de un inodoro o lo mas parecido a esto en Swabuuuuuush!
Debo ser un tipo afortunado en este universo. Justo en frente a donde me dejó la sentada psicodélica hay un edificio con un cartel que dice “Hotel Infinito” y más abajo el slogan “Nadie tiene más habitaciones”. Apurado como rengo en tiroteo cruce la calle y entre al lobby. Francamente, por hotel que se da dique de tener infinitas habitaciones el lobby me resulto demasiado parecido a un hotelucho de alta rotatividad. Pero no fue buscando confort que llegue hasta aquí, así que enfilé hasta el mostrador. Atrás de este me encontré con un gordo en musculosa con poco lavado, pelo largo dudosamente brillante y colita, inmerso en la lectura de un libro de Corin Tellado, cosa que no seria rara si no fuera por el contraste con el tatuaje casero y borroso de su brazo derecho que reza “Mamá amasa la masa y no me mima” adentro de una figura similar a un corazón.
--“Buenas noches” dije, esforzándome por no poner tono forastero
--“No hay habitaciones libres” me dijo, sin sacar los ojos de “Te amaré eternamente aunque te cases con ella”
--“¡¿Pero no es el Hotel Infinito?!” dije apurado
Dejó de leer, con un gesto molesto, me miró con cara de pocos amigos y me dijo
--“Mañana empiezan las olimpiadas matemáticas, y todos los números impares se alojaron…. Como dije, estamos infinitamente completos”
--“Me cacho!” espeté, pero todavía mas apurado agregué
--“Pero si es infinito es infinito… Mi amigo, como le explico…. Es imperativo que me de una habitación, o al menos me diga donde esta el baño”
--“Bueno, si insiste” Contestó con pereza, y parsimonicamente agarró el micrófono al que le gritó
--“A ver, todos los números impares infinitos, múdense a la habitación que le siga a la suya, si están en la 38 múdense a la 39 si están en la 39 a la 40 y todo así”
Me quedé serio y confundido como perro en bote, pero rápidamente entendí que haciendo esto quedaba libre la habitación número 1. Por mas infinitos que sean los impares, y como el hotel es infinito, si estos se mueven una para adelante dejan la 1 libre! Genial! El gordo me tiro la llave y subí la escalera al galope.

Mucho rato después, yo ya estaba durmiendo la mona. De pronto escuché por los parlantes la voz del gordo :
--“A ver muchachos: acaban de llegar todos los numero pares y hay que hacerles lugar. Así que multipliquen por dos el numero de su habitación y múdense al numero que resulte. De esta forma todos ustedes dormirán en habitaciones pares y dejamos libres las impares para los recién llegados”
Este gordo no es ningún gil pensé mientras agarraba mis petates y dejaba mi habitación libre

miércoles, 5 de agosto de 2009

La Paradoja y los Bárbaros

En mi vida lo había visto antes, y muy probablemente no nos volvamos a cruzar.
Dos perfectos desconocidos, emparentados sin embargo por gozar de un nivel de tolerancia bastante rustico, y padecer de un verbo rápido y una lengua viperina.


--“Haceme un favor, comprate un bosque y perdete” le dije
--“Llamate a silencio infeliz, que estás mas solo que un número primo” me contestó
--“¿Número primo? ¿Eso te parece un insulto belinún? Son “primos” por su primalidad, su unicidad. Unicidad de únicos, singulares extraordinarios, y no por únicos de solitarios. Supino ignorante. Si hasta me dan ganas de decirte número par, por berreta y vulgar
-- Cajetilla de segunda mano, por lo pronto los números pares somos muchos mas.
-- No tengo por vocación educar burros, pero anotá por ahí que los números primos son infinitos
-- Los pares también apóstol de la arrogancia… y además son muchos más… ¿o no? Pará me mareé.
-- y no… de hecho el conjunto general de los números es infinito… y esta compuesto por el conjunto de números primos y el de compuestos…
-- Pero no puede ser. Si primos y compuestos son parte del conjunto general de números… ¡Necesariamente tiene que haber menos números primos, o números pares que números en total!
-- Yo diría lo mismo, sin embargo son todos conjuntos infinitos… ¡Me cacho!
-- ¿Pero cómo?
-- No se…

Y así nos separamos, cada uno por su lado, por la sombra y silbando bajito.
Esta vez, la matemática y la razón le ganaron a la barbarie y a la prepotencia.

Una vez más.