jueves, 13 de noviembre de 2025

Entre monstruos y santos



Anoche bajé la escalera de tus silencios,  

me enroscaste como un verso viejo,  

y vi tu alma rota, hecha trizas,  

pero no me fui, ¿para qué? si te amo a rabiar.


Me diste un puñetazo en la boca y en el orgullo,  

limpié con el puño mi rabia y tu desprecio,  

y aunque te hiciste a un lado,  

aquí sigo, dándole vueltas al desamor que no se va.


No soy santo ni monstruo,  

pero llevo en la piel la marca de tus uñas,  

y te juro que duele más quererte  

que odiarte hasta perder el sentido.


Vestiste tu piel de santo con un pañuelo,  

yo la manché de cigarro y de cerveza barata,  

pero aquí estoy, preso de tus heridas,  

amando lo que me destruye y lo que me salva.


Y aunque me mueras poco a poco,  

aunque me arranques pedazos con tu indiferencia,  

te amo en esta ruina, con la rabia de un poeta,  

que no sabe si reír o llorar por ti.

No hay comentarios: