Así dicho suena de lo más normal, a nadie asombra.
Sin embargo, esta decisión la tomaron así nomás, sin ningún tipo de condiciones. Dicho así ahora si que asombra. Y mucho.
Cierto es que el apoyo es meramente formal, u orgánico. En la practica no pasa de una expresión de deseo, ya que por lo visto no van a hacer campaña en pro del Partido Nacional. Pero esto no hace menos bizarro lo que esta pasando. Por no decir aberrante.
¿Es esta la nueva forma de hacer política? Yo me quedo con la anterior.
Si el hijo de Zelmar (el que es senador claro) es “travesti de la mentira”, se podría decir que los colorados están jugando a “travestis de la política”
En un sistema de gobierno como el nuestro, uno esperaría que los partidos políticos fuesen los motores de nuestro progreso. Constructores de nuestro futuro, propulsores del cambio, la energía que pone en movimiento el sistema diagramado en la Constitución.
El Partido Colorado prefiere sin embargo sentarse a ver que pasa. ¿Por qué? ¿Por mojigatos? ¿Por incapaces?
Me cuesta creer que sus dirigentes no sean conscientes que este es el momento, el único momento, que tendrán para hacer política. Hoy pesa su condición de terceros. Hoy sus votos cuentan. Hoy pueden forzar una negociación y por ejemplo incluir en el programa de gobierno del partido que elijan apoyar las cosas que entiendan importantes. Hoy pueden hacer de sus ideas y proyectos los del próximo gobierno. Mañana, después del balotaje, se tendrán que resignar a ser una minoría irrelevante, porque el parlamento ya tiene mayoría y con un parlamento consolidado da lo mismo que haya un tercer partido para balancear, o un cuarto o cien mil.
Se les abrió la puerta, pero ellos optaron por seguir mirando desde afuera. En vez de aprovechar la oportunidad que se les presenta para construir optan por decir que como el Pepe y CIA no les dan garantías suficientes prefieren apoyar al segundo.
Como si esto no fuera poco, este apoyo “orgánico” y “sin condiciones” crea una situación incomoda. “Guarda con un griego que trae regalos dicen en Troya”, no hay nada gratis en la vida, mucho menos en política. Hoy, todavía en campaña hablamos de “apoyo”. ¿Y si gana el “apoyado”? ¿Cómo pasa a llamarse el “apoyo”? ¿Deuda? ¿Deuda que se generó sin “querer queriendo”?
Evidentemente hay algo que no estoy viendo, o entendiendo mal. Las cosas no pueden ser como las veo yo.